Escritora uruguaya con formación en arte, literatura y dramaturgia. Nacida en Montevideo, hija de padre psicoanalista lacaniano y madre casi profesora de historia y gran amante del estudio de la filosofía.​ Crecí en un apartamento de clase media en la ciudad, donde los libros sobraban más que la comida. Debo decir que siendo descendiente de italianos, la comida era algo que siempre era abundante, gracias a dios. Para mi madre que había conocido la comida medida, nadie podía quedarse con hambre. Ser flaco era una decisión que denotaba gran esfuerzo. El estudio de piano, guitarra y el arte fueron parte de mis primeros años. Durante los largos veranos de mi infancia devoraba todos los libros que encontraba en los estantes de mi casa.​ Primero fueron los clásicos de mi padre, Charles Dickens y Mark Twain. Siendo la hermana mayor de un sólo hermano varón, soñaba con ser el personaje Huck en mis juegos infantiles. Después desfilaron los libros de la infancia de mi madre, todas las novelas de Mary Louise Alcott. Era plena dictadura hasta que ingresé al secundario, donde descubrí otros autores. En ese tiempo no teníamos plata para comprar libros. Se leía lo que caía en tus manos . A veces eran libros que encontraba en casa de familiares, o intercambiaba con mis amigos. La adolescencia me regaló a García Márquez, Vargas Llosa, Gorki, Ray Bradbury, Agatha Christie, Felisberto Hernández, Fontanarrosa, Benedetti, Quiroga y el descubrimiento de los geniales Cortázar y Borges. También devoré las novelas de Isabel Allende y los poemas de Pablo Neruda, y tantos otros. Con toda mi educación pública, a los dieciséis años ingresé al preparatorio de un colegio jesuita, con la intención de ser Doctora en Medicina. En  esos últimos años del secundario incorporé una rigurosa metodología  de estudio que me quedó para toda la vida.​ Nunca llegué a ingresar en la Universidad de Medicina. Lidiar con el dolor ajeno se me hacía muy difícil. Descubrí que mi empatía me impedía tanto ser médico como psicóloga como era mi padre.​ Basándome en mi facilidad en matemáticas, opté por ser Analista de Sistemas. Trabajé como Analista durante veinte años en empresas estatales, teniendo miles de historias humanas con las que podría escribir muchas novelas. Con los años, mi madre me introdujo en el mundo de otros autores brillantes, como son Santiago Kovadloff, Clarise Lispector, Albert Camus, Virginia Woolf, Proust. Después por curiosidad propia me animé a los que de adolescente sentía que eran un bodrio, y los amé: Shakespeare y Victor Hugo. Desfilaron por mis lecturas también Pamuk, Onetti, Idea Vilariño,  y el increíble Pessoa entre otros. Mis autores preferidos, los que me inspiran siempre, Shakespeare, Victor Hugo, Virginia Woolf, Camus. La escritura fue mi forma de comunicación desde mi primera infancia. Tengo escritos desde mis años de adolescencia y no fue hasta que mis hijos crecieron que pude permitirme escribir. Gracias a mi profesión pude recorrer Europa, conocer a los grandes maestros de la pintura. Las ciudades con historia, donde las calles son como cuadros. Pude conocer el Shakespeare Globe, y pisar la tierra donde se escribieron esas obras de teatro brillantes, que fueron inspiración hasta para Freud en todo lo que tiene que ver con la Psicología familiar. El cine y el teatro también forman parte de mi vida. Las historias bien contadas que hacen que salga de la sala renovada, cambiada, me encantan. Mis grandes inspiraciones son mis hijos, mi esposo, mi familia, el amor. La capacidad de amar me motiva cada día.