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PRÓLOGO

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«La vida es hermosa. Sigue tu corazón. Tú puedes con todo.» Frases hechas, vacías, sacadas de tarjetas motivacionales viejas y amarillentas.
Nada es tan fácil ni sencillo. A veces vivir jode, duele. A veces hasta duele respirar. Puede pasar de ser un viaje de éxtasis a una caída en un pozo más profundo que el de Alicia en el País de las Maravillas.
Ya nacemos llorando como unos desquiciados, sin elegir vivir, sacados del lecho tibio y contenido que es el vientre materno. Ese es el inicio de todo.
Pero no voy a empezar por el comienzo de mi vida en este mundo. Voy a contarles a partir de mi segundo nacimiento, cuando todo lo que conocía se derrumbó. Las certezas, las pocas que tenía a mis veinticuatro jóvenes años, se desintegraron como galletas viejas.
Hoy les voy a contar mi historia desde el día en que me diagnosticaron vih, acerca de todo lo que tuve que crecer para sobrevivir.
Tuvieron que pasar muchos años para que pudiera abrir mi corazón. Luego de mucha sanación, estoy preparada para salir de mi closet e invitarte a ti a sanar contando tu historia.
Porque el secreto ahoga, sofoca. La verdad libera, conecta, es luz. Para uno mismo y para todas las personas con quienes nos cruzamos en el camino de la vida.

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